La construcción del sentimiento de seguridad
comienza en los primeros períodos de vida, a partir de los momentos iniciales
de contacto.
La seguridad y confianza a partir de las cuales se
construye la autoestima se encuentra influenciada por las experiencias de
bienestar del bebe.
Este bienestar se desarrolla principalmente a
través de la sintonía que se construya en la relación del bebe con su cuidador,
el cual debe detectar y responder de manera sensible y empática frente a las
señales del niño.
A partir de esto es posible construir un vinculo
solido y estable que brinde al niño la posibilidad de contar con base segura a
partir de la cual desenvolverse en su medio.
Las representaciones que se tengan de uno mismo se
encuentran muy influenciadas por la relación con los otros y lo que las
personas proyecten sobre el niño.
La imagen que se construya de uno mismo responde al
grado en que ha sido querido y valorado por las personas que lo rodean. Por
esto es importante mantener un adecuado contacto afectivo con el niño, tanto
físico como verbal, y confiar en sus capacidades a fin de fomentar el
fortalecimiento del aprecio por si mismo.
Es importante brindar
a los niños la oportunidad de conocerse e identificar sus habilidades por medio
de la exploración y el movimiento libre. El emplear sus propias capacidades les
permitirá percibirse como sujetos capaces de enfrentarse y resolver diferentes
situaciones,
En resumen
podría decirse que la autoestima depende de una serie de factores: Los mensajes
que se reciben, los retos a los que uno logra enfrentarse, los juicios sobre
uno mismo, el desarrollo de las habilidades, las pautas de crianza de los
padres, los modelos de otros y los ambientes por los que se desenvuelven, entre
otros.
¿Qué hacer?
- Permitir al niño disfrutar de su tiempo libre,
fomentando la libre exploración
- Reconocer y reforzar los logros o conductas
positivas del niño de manera cotidiana
- Al intentar corregir una conducta inadecuada,
indicar lo negativo del comportamiento sin criticar o juzgar al niño de
manera global (no calificativos negativos)
- Cuidar los mensajes que se transmiten al niño,
intentando evitar aquellos que puedan transmitir descalificación
- Mantener expectativas adecuadas y realistas sobre lo que se quiere del niño. No ponerle metas demasiado elevadas o exigentes, sino motivarlo a conseguir pequeños objetivos de manera progresiva.
- Los niños imitan, por esto es importante cuidar las conductas que muestran los adultos a su alrededor. Busca ser congruente con lo que le pides al niño y lo que haces a fin de enseñar con el ejemplo.
- Permitirle realizar pequeñas tareas o resolver ciertas dificultades que se le presenten por su cuenta.
- Bríndale espacios o momentos del día donde pueda estar a solas, teniendo al adulto a cierta distancia.
- Emplea mensajes y conductas a partir de las cuales ayudes a fortalecer su seguridad y confianza (“tu puedes”, “así se hace”, “inténtalo, lo lograrás”, etc.)
- Mantén una comunicación fluida con el niño, conversa con el no solo acerca de lo positivo, sino también de aquellas situaciones que generan malestar o inseguridad.
- Permite que tome pequeñas decisiones en casa, principalmente en relación a aquello que le corresponde directamente (su cuarto, sus juguetes, sus juegos, su ropa, etc.)
- Evitar emplear mensajes donde se compare al niño con otras personas
Tener en mente:
- Equivocarse es natural y necesario para crecer
- Hacer algo negativo no te hace una persona mala o menos capaz
- Pensar en los demás esta bien, pero preocuparse por uno mismo es importante
- Cada día brinda una nueva oportunidad para seguir mejorando
María Paz Cardó
Psicóloga-Psicoterapeuta
No hay comentarios.:
Publicar un comentario